Cuatro de cada diez asalariados viven en un hogar pobre, mientras que la cifra asciende al 63% entre los informales, según el último informe del Empleo Asalariado Informal y la Pobreza Laboral para el segundo trimestre de 2024, elaborado por la UBA. Entre los trabajadores formales, un 27% se encuentra en esta condición.
Cuando se hace la comparación entre el salario mensual y el valor de la canasta de bienes y servicios básicos (línea de pobreza individual) también se observa una gran discrepancia entre ambos grupos de trabajadores, según el informe coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria. Mientras que el 59% de los asalariados informales recibe un salario mensual inferior al valor de esta canasta, esa cifra baja al 8% en los formales.
El salario mínimo promedio mensual del segundo trimestre en términos netos fue alrededor de $190.000, mientras que el valor de la canasta de pobreza promedio de un trabajador asalariado fue de $238.000. Mientras que, en 2017 los valores eran $6.700 y $3.575, respectivamente, lo que demuestra claramente la pérdida del poder adquisitivo. En definitiva, estas cifras muestran que la asociación entre informalidad y bajos salarios también se refleja en el fenómeno de trabajador pobre. Tal es así, que tener un puesto de trabajo en Argentina no es un reaseguro para vivir fuera de la pobreza.
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