La sola intención de proponer una fusión de géneros en el marco de la Fiesta Nacional del Chamamé, que comienza el 17 de enero, provoca malestar entre quienes se identifican con esta cultura.
Uno de los grandes referentes y defensores de la interpretación tradicional de esta música fue Salvador Miqueri, que en 2011 ya había expresado su enérgico rechazo a estos «experimentos inútiles».
Un poco tomando la posta de mantener en su esencia pura al ritmo litoraleño, su hija, Marcela Miqueri, resaltó que «el chamamé no es solo música». «Es una manifestación cultural que incluye la música, la danza, el canto, la religiosidad y que nos identifica, especialmente a la zona litoral», comentó, en diálogo con época.
En este contexto, afirmó que incluye, entre otras cosas, el baile como expresiones que se complementan. «Es una danza de pareja, enlazadas, con una melodía cadenciosa y con movimientos delicados y diría hasta de embelesamiento de la pareja».
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