En la mañana de este Sábado Santo, la Basílica de Itatí fue escenario de una emotiva celebración: la Cantata junto al Sepulcro.
Fue a las 10 que los fieles se reunieron para acompañar a María en su dolor ante el cuerpo de su hijo Jesús, que había sido crucificado.
A través del canto y las meditaciones, los presentes reflexionaron sobre el sacrificio de Jesús y el dolor de María, y acompañaron su espera en la tumba.
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