La Inteligencia Artificial revolucionó nuestras vidas y los desarrollos de las herramientas que usan su tecnología transformaron la forma en que interactuamos con el mundo. Sin embargo, junto con sus ventajas, también surgió una sombra preocupante: el auge vertiginoso de los deepfakes.
Aunque inicialmente se usaban en la industria del entretenimiento, la creación de estos contenidos hoy está al alcance de cualquiera y su uso indebido plantea serios riesgos sociales y éticos, especialmente cuando afecta a menores de edad y alimenta el fenómeno conocido como posverdad.
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