
En localidades del interior, la llegada de la tecnología no siempre ocurre al mismo ritmo que en las grandes ciudades. Sin embargo, cuando una comunidad decide apropiarse de esas herramientas y convertirlas en motor de futuro, el impacto trasciende las aulas y se proyecta sobre la vida social, económica y cultural.
Eso sucede en San Roque, una ciudad correntina donde el Instituto de Capacitación Fénix se consolidó como un espacio de aprendizaje, encuentro y transformación.
El instituto se presenta como un pilar educativo en informática y nuevas tecnologías. Su propuesta surge de una convicción simple, pero profunda: en un mundo atravesado por cambios acelerados, aprender a usar la tecnología ya no es solo una opción vocacional, sino una necesidad para el trabajo, la comunicación y la participación en la sociedad.
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